En una sociedad en la que el cristianismo y el islam son dos de las religiones más practicadas a nivel mundial, conviene recordar el origen común de ambas: el judaísmo y la tradición abrahámica.
Por ello, analizaremos brevemente la historia de Abraham y sus descendientes los Patriarcas, de Moisés en Egipto y también de Zaratustra en la Persia del siglo VI antes de nuestra era. Ellos serán los orígenes del monoteísmo y la relación íntima del hombre con Dios.
La idea de un dios único surge en el judaísmo, la cual ha fundamentado toda su leyenda en esa verdad, que repasaremos también para comprender los orígenes de una cosmovisión que ha influido muchísimo en las historia del mundo a pesar de su poca representación demográfica (el 0,2% de la población mundial).
Master en Terapia Transpersonal
Es importante entender cómo las tres religiones monoteístas, en los valores fundamentales que conforman su esencia, están hablando de lo mismo.
El objetivo es darnos cuenta de que existe una Tradición mediterránea, que es común a todos los pueblos y que, puesto que Dios es uno, uno ha de ser su mensaje.
Comprender el pasado y las bases culturales configura de forma determinante el presente. La simbología y la mitología, parte del corpus que conforma la religión, configura nuestra forma de ver el mundo de un modo insospechado. Cada persona tiene una visión propia de la realidad, y en vez de condenarlas, se debe hacer un esfuerzo por confluir y entablar el diálogo donde se pueda estar de acuerdo.
Como decía Xavier Musquera, “conocer el pasado nos ayuda a entender las raíces sobre las que se asienta nuestro presente”. Si negamos de forma categórica la religión y los valores comunes que representan, generamos desconocimiento, prejuicios y la imposibilidad de tender puentes hacia el futuro.
Renegar de nuestras raíces es renunciar a la expansión de la conciencia. Y es por eso que en esta sesión vamos a hacer un viaje a la Tradición mediterránea a través de los tres caminos que llevan a un mismo lugar.
“Ninguno de nuestros pensamientos puede concebir a Dios, ni lengua puede alguna puede definirle. Lo que es incorpóreo, invisible, sin forma, no puede ser percibido por nuestros sentidos, lo que es eterno, no puede ser medido por la corta regla del tiempo: Dios es, pues, inefable”.
Hermes Trimesgisto.
El término transpersonal se refiere a la trascendencia de los límites normales u ordinarios en la propia experiencia. A este tipo de episodios se les conoce como experiencias místicas , espirituales, ocultas, mágicas o paranormales. Es decir, se refiere a las experiencias que van más allá de nuestra realidad cotidiana.