Estamos hablando de cambiar. Es hora de contemplar tu historia personal y ver cómo has vivido los cambios importantes de tu vida.
A veces, irte del pueblo a la ciudad, de un país a otro o hasta de un colegio a otro te ha marcado de tal manera que esta experiencia va a determinar tu forma de afrontar cualquier mudanza… Si el resultado fue satisfactorio, te dio seguridad, amplió los horizontes de tu vida, serás de los que ven los cambios como algo súper positivo y auspicioso. Si por lo contrario, las cosas salieron mal, la felicidad anterior se cortó de forma abrupta y desagradable, te quedaste desplazado y siguieron años de sufrimiento, entonces te defenderás de las grandes transformaciones y preferirás quedarte donde estás, sin mover ficha, aunque sufras…
Así que sugerimos que abras un cuaderno y hagas una lista de los principales cambios por los que pasaste en tu vida, desde la infancia hasta el día de hoy. No saltes ninguno, aunque te parezca de menor importancia. Puedes ir completando la lista durante la semana, pues a lo mejor recuerdas de repente una muerte que te ha marcado, o aquel amigo/a que desapareció de tu vida, o aquella temporada en otro lugar, de la que te habías olvidado…
Procura ser muy honesto contigo mismo.
Después de un par de semanas vas a retomar tu cuaderno y repasar la lista de experiencias en las que tu vida pasó por un gran cambio. Subraya la más significativa de todas, luego la siguiente y otra más. A continuación, dale un título a la más significativa, revívela emocionalmente y luego descríbela en el cuaderno con el mayor detalle posible, con especial énfasis en tus sentimientos. Pasar al papel tu vivencia va a ser el primer paso para limpiar cada escena de su carga emocional.
Cuando termines la primera, deja que pasen 2 ó 3 días. Luego sigue con la siguiente escena, repitiendo los mismos pasos. Después de otra pausa de un día al menos, acomete la 3ª escena, siguiendo las indicaciones. Si sientes que alguna de las escenas menos importantes está muy cargada emocionalmente, sigue el mismo procedimiento.
Otro ejercicio interesante que puedes realizar en paralelo, es localiza un hábito tuyo: la forma de desayunar o de poner la mesa, el hábito de leer el periódico de una forma determinada, encender la tele al llegar a casa… lo primero que se te ocurra. Durante esta quincena altera este hábito solo un poquito y mira cómo te sientes con esta variación. Pon atención a tu cuerpo y a tus emociones; este será otro nuevo hábito importantísimo en nuestro camino de auto-conocimiento!
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Por Marly Kuenerz | Psicóloga clínica y psicoterapeuta, con más de 35 años de experiencia.
directora del Máster de Técnicas de Terapia Transpersonal
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