Los POST anteriores deben ser leídos durante un tiempo, siempre que apetezca, con atención plena. Para ello, escoge el momento más adecuado de tu día para esta lectura. Trata de hacer de ello un hábito, como lavarse los dientes o peinarse. ¡Ojo! Aunque en algún momento te parezca que lo puedes dejar para más tarde, no lo hagas. Crea el hábito.
Seguramente muchas resistencias van a aparecer. Nuestro ego no quiere que vivamos libres de él. Nos van a surgir mil inconvenientes, mil situaciones que van hacer difíciles el crear esta rutina. Mucha resistencia, mucha pereza. Nuestro viejo estado mental no quiere perder su control sobre nuestra vida. Por ello, es necesario que veas este ratito como un espacio que te das a tu mismo/a. Tu momento. Al que tienes derecho y que necesitas profundamente. Un rato para ti y para tu crecimiento interior.
Por un momento dejas de estar atento al mundo exterior y a los demás y te dedicas a ti, exclusivamente a ti. Haz de este momento un rato interior e íntimo, un regalo diario que haces a ti mismo/a. ¡Reclama tu espacio desde ya!
Es un texto corto, pero contiene un gran poder de expansión. Nuestra mente necesita repetición para integrar conceptos. Sólo con la repetición las ideas calan dentro de nosotros, pasan a interactuar con nuestro sistema de creencias, y cuando se hacen orgánicas empiezan a dar frutos. La repetición hace que la idea vaya profundizando y cuando menos te lo esperas, pasas a encontrar puntos de vista nuevos y soluciones que antes nunca se te habían ocurrido. Estos momentos de inspiración te vendrán espontáneamente, sin que tengas que elaborar gran cosa. Cuando menos te lo esperas, tienes una experiencia que te aclara y coloca en orden cosas internas que estaban fuera de lugar hasta ahora. Respuestas a las preguntas que te has hecho toda la vida sin encontrar contestaciones. En el momento menos esperado…
Después de leer el texto, busca un rato (unos 10 minutos), en el que puedas estar solo/a y sin interrupciones. Siéntate, cierra los ojos y respira profundamente unas cuantas veces, soltando cualquier tensión que puedas tener, hasta sentirte relajado/a y tranquilo/a (muy importante).
Ahora, recuerda si has presenciado el nacimiento de un niño (si no es así, probablemente has presenciado el nacimiento de algún perrito/gatito, o algún animal doméstico). Vuélvelo a sentir, revívelo, recordando segundo a segundo todas las emociones que sentiste en aquel momento. Permite el tiempo necesario para que afloren los sentimientos que tuviste.
Date cuenta de que es un nacimiento es una situación más intensa y muy diferente de la experiencia cotidiana. Toma conciencia de que lo que estás viendo te pone en contacto con una dimensión misteriosa de la existencia. Esta dimensión desconocida está ahí siempre, mezclada en la cotidianeidad, presente y activa, aunque nos olvidemos de ella y no la presentemos atención.
Observa tu apertura para explorar y conocer esta dimensión olvidada en ti. ¿Quieres conocer los misteriosos mundos que se encuentran dentro de ti? ¿Te excita este viaje en busca de tus espacios más luminosos y plenos? ¿Cuál es tu expectativa? ¿Qué añoras alcanzar?
Al terminar, escribe lo que sentiste y cuáles son tus anhelos.
Luego, ¡empieza algo nuevo! Algo que nunca hiciste antes.
Puede ser algo a lo que no te has atrevido nunca, o algo que vas posponiendo hace tiempo, o algo que te ha dado apuro/recelo hacer, pero siempre has deseado. Puede ser un curso (pintar, bailar, crear algo…), ir solo/a algún sitio, hacer algo que te da vergüenza, darte un regalo o capricho que te negaste, llamar un amigo para pedirle algo, decir a alguien que le quieres…
¡Hazlo! Y mira como te sientes…
> El nacimiento, uno de los misterios de la Existencia (parte 1)
Por Marly Kuenerz | Psicóloga clínica y psicoterapeuta, con más de 35 años de experiencia.
directora del Máster de Técnicas de Terapia Transpersonal
para más información, consultar web:
Máster PRESENCIAL en Técnicas de Terapia Transpersonal
Máster ONLINE en Técnicas de Terapia Transpersonal